El poeta Halley
Me atraparás al vuelo,
Y nunca en la pared
Y si me dejas aire,
En tus líneas dormiré
Palabras de una musa
De baja maternal.
Puede,
que al fin me conozca muy bien
Si fueran puntos grises mis rarezas,
Cada tara que creé.
De seguirlos con un lápiz,
al final verías mi cara en el papel.
Por eso
Estoy por aquí otra vez,
Rebuscando en mi almacén esa palabra,
Cónsul de mi timidez,
Ojalá encuentre la forma,
Más me vale,
Tengo un tema que acabar.
¿Si no aparece nunca?
Y nunca en la pared
Y si me dejas aire,
En tus líneas dormiré
Palabras de una musa
De baja maternal.
Puede,
que al fin me conozca muy bien
Si fueran puntos grises mis rarezas,
Cada tara que creé.
De seguirlos con un lápiz,
al final verías mi cara en el papel.
Por eso
Estoy por aquí otra vez,
Rebuscando en mi almacén esa palabra,
Cónsul de mi timidez,
Ojalá encuentre la forma,
Más me vale,
Tengo un tema que acabar.
¿Si no aparece nunca?
¿O entiendo que no di con la palabra justa?
Y cuando al fin la encuentro
llega aquel mar de dudas,
Si cuando me decido tú me detienes
siempre.
Me aprietas justo aquí y dices "No"
mi leal traidora inspiración,
cuando apareces menos soy
...Y soy yo.
Te quedarás dormida,
Menuda novedad,
Es peor mi "geniocidio"
Cuando no te dejo hablar.
En la autopista de la vida
Si te saltas la salida
hay que esperar.
Puede,
Que no haya aprendido a aceptar
Que escuadrones de moral judeocristiana
Y cuando al fin la encuentro
llega aquel mar de dudas,
Si cuando me decido tú me detienes
siempre.
Me aprietas justo aquí y dices "No"
mi leal traidora inspiración,
cuando apareces menos soy
...Y soy yo.
Te quedarás dormida,
Menuda novedad,
Es peor mi "geniocidio"
Cuando no te dejo hablar.
En la autopista de la vida
Si te saltas la salida
hay que esperar.
Puede,
Que no haya aprendido a aceptar
Que escuadrones de moral judeocristiana
Con su culpabilidad,
Nos seguirán por tierra,
por el aire y sobre todo por amar.
Puede,
Que esté demorando la acción,
A los doce tuve un sueño en que ganaba,
Pero el sueño me venció.
Desde entonces mis derrotas
son las huellas del carnet
De ese tal yo.
Ahora escúchame,
¿ya he encontrado la palabra justa?
Mejor prepárate.
Tiene algo que a todos asusta.
Sí, la voy a soltar.
La quiero soltar.
Pronunciaré '"esperanza",
La gritaré por dentro
si es lo que hace falta.
Nos seguirán por tierra,
por el aire y sobre todo por amar.
Puede,
Que esté demorando la acción,
A los doce tuve un sueño en que ganaba,
Pero el sueño me venció.
Desde entonces mis derrotas
son las huellas del carnet
De ese tal yo.
Ahora escúchame,
¿ya he encontrado la palabra justa?
Mejor prepárate.
Tiene algo que a todos asusta.
Sí, la voy a soltar.
La quiero soltar.
Pronunciaré '"esperanza",
La gritaré por dentro
si es lo que hace falta.
La escribiré mil veces,
me alejaré de espaldas
Quizás de repetirla algo me quede.
No puedo permitir tu negación.
Mi leal traidora inspiración,
De intermitente aparición.
Como un ángel hallado en un ascensor.
¡Qué bien funcionas
como recuerdo!
me alejaré de espaldas
Quizás de repetirla algo me quede.
No puedo permitir tu negación.
Mi leal traidora inspiración,
De intermitente aparición.
Como un ángel hallado en un ascensor.
¡Qué bien funcionas
como recuerdo!
Acojo en mi hogar
Palabras que he encontrado
abandonadas en
mi "palabrera".
Examino cada jaula y allí,
Ladrando vocales
y consonantes,
Encuentro a sucios
verbos que lloran
después de ser
abandonados
Por un sujeto
que un día fue su amo
Y de tan creído que era
Prescindió del
predicado.
Esta misma semana
Han encontrado a un par
de adjetivos transtornados,
A tres adverbios muertos
de frío y a otros tantos,
de la raza pronombre,
Que sueñan en sus jaulas
Con ser la sombra
de un niño.
Señalo entonces
A las palabras que llevan
más días abandonadas
Y me las llevo a casa:
Las vacuno de la rabia
y las peino a mi manera
Como si fueran hijas únicas,
Porque en verdad
todas son únicas.
Acto seguido
Y antes de integrarlas
en un parbulario
de relatos o canciones,
Les doy un beso de tinta
Y les digo que si quieres
ganarte el respeto
Nunca hay que olvidarse
los acentos en el patio.
predicado.
Esta misma semana
Han encontrado a un par
de adjetivos transtornados,
A tres adverbios muertos
de frío y a otros tantos,
de la raza pronombre,
Que sueñan en sus jaulas
Con ser la sombra
de un niño.
Señalo entonces
A las palabras que llevan
más días abandonadas
Y me las llevo a casa:
Las vacuno de la rabia
y las peino a mi manera
Como si fueran hijas únicas,
Porque en verdad
todas son únicas.
Acto seguido
Y antes de integrarlas
en un parbulario
de relatos o canciones,
Les doy un beso de tinta
Y les digo que si quieres
ganarte el respeto
Nunca hay que olvidarse
los acentos en el patio.
A veces,
les pongo a mis palabras
Diéresis de colores
imitando diademas
Y yo sólo observo cómo
juegan en el patio
de un poema.
Casi siempre te abandonan
demasiado pronto
Y las escuchas en bocas ajenas,
Y te alegras, y te enojas
contigo mismo,
Como con todo lo que amamos
con cierto egoísmo.
Y uno se queda en casa,
Inerte y algo vacío,
Acariciando aquel vocablo
mudo llamado "silencio"
Siempre fiel,
siempre contigo.
Pero todo es ley de vida.
Como un día me dijo
el poeta Halley:
"Si las palabras se atraen
Que se unan entre ellas
Y a brillar
¡Que son dos sílabas!"
[El Poeta Halley, 2016]
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