Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2011

Seis

¡Ay, si fuera sólo por pereza por lo que no hago nada! ¡Santo Dios, cuánto me respetaría entonces a mí mismo! Me respetaría porque en tal caso tendría algo dentro de mí, aunque sólo fuese pereza; en tal caso contaría con una cualidad positiva de la que podría estar seguro. Pregunta: ¿quién es ése? Respuesta: un gandul; y sería muy grato oírme calificar de ese modo. Ello significaría que se me definiría positivamente, que se podría decir algo de mí. "¡Gandul!" Eso es ya un título, una vocación, más aún, una carrera. No lo tomen ustedes a broma, que lo digo en serio. Entonces sería miembro legítimo de un club exclusivo y no tendría otra ocupación que la de respetarme a mí mismo sin cesar. Yo conocí una vez a un caballero que estuvo orgulloso toda su vida de ser un connaisseur del vino Château Lafitte. Lo consideraba un mérito positivo y nunca dudó de sí mismo. Murió no con una conciencia tranquila, sino con una conciencia triunfante; y con razón sobrada. Yo también hubiera deb