El problema de la definición de «teoría»

La supervivencia en cualquier cultura requiere de cierto conocimiento acerca de la forma en la que funcionan las cosas en el entorno; en parte, este conocimiento puede ser empírico y «no explicativo»; y en parte también, es un conocimiento teórico que pretende explicar los fenómenos empíricos. Las teorías, entonces, son algo más que resúmenes de datos, ya que no solamente nos dicen lo que sucede, sino también  por qué sucede así. Cualquier teoría que valga la pena debe realizar la doble función de explicar hechos ya conocidos y de abrir perspectivas que puedan conducirnos a nuevos hechos. (...) Idus Murphree nos muestra que cuando un mismo acontecimiento es interpretado en diferentes contextos teóricos, dará como resultado un diferente tipo de hecho (...).
(...) ya que las teorías son construcciones más abstractas que las generalizaciones empíricas o que las leyes de la naturaleza, sólo puede confirmarse o no indirectamente.
(...) todos los sistemas deductivos requieren leyes universales (todos los A son B). Ahora, si insistiésemos en esta clase de pureza teórica, sosteniendo que no podrían existir excepciones a esta proposición universal, acabaríamos por tener pocas o ninguna teoría en las ciencias sociales. Así que debemos modificar nuestro deseo de perfección teórica y convenir en aceptar algo menos del 100 por 100 de certeza, aun cuando sostengamos la validez del principio deductivo en la formulación de teorías; pero aun las explicaciones de las ciencias más «exactas» deben considerar la posibilidad de excepciones.


[Antropología: Métodos y problemas en la formulación de teorías]
David Kaplan, Robert A. Manners

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