No olvides soltar el vaso

Una psicóloga se paseaba con un vaso en una habitación mientras enseñaba a una audiencia el manejo del estrés. Cuando todos esperaban que la pregunta fuera si el vaso estaba medio lleno o medio vacío, la cuestión fue: ¿cuánto pesa este vaso? A lo que todo el mundo respondió diversas cantidades estimadas en gramos.

El caso es que el peso absoluto del vaso no importa demasiado y sí, sin embargo, el tiempo que lo sujetas: Si lo sostienes un minuto, no es un problema; si lo sostienes una hora, te dolerá el brazo, y si lo haces durante un día entero el brazo se entumecerá hasta paralizarse.

El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujetas más pesado se vuelve.

Las preocupaciones son como el vaso de agua: si piensas en ellas un minuto, no pasa nada, si piensas en ellas durante una hora empezarán a doler y si lo haces durante un día entero, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada.

¡Acuérdate de soltar el vaso!


Anónimo

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