Extracto capítulo VI

—¿Y ésas son...? —preguntó lord Henry mientras se servía un poco de ensalada.

—Pues tus teorías sobre la vida, tus teorías sobre el amor, tus teorías sobre el placer. En realidad todas tus teorías, Harry.

—El placer es lo único que tiene algún valor para hacer una teoría sobre él contestó Harry con su voz lenta y melodiosa. Pero me temo que no puedo proclamar mi teoría como mía propia. Pertenece a la naturaleza, no a mí. El placer es el examen de la naturaleza, su signo de aprobación. Cuando somos felices somos buenos, pero cuando somos buenos no siempre somos felices.

—¡Ah! ¿Pero, qué quieres decir con bueno? exclamó Basil Hallward.

—Sí repitió Dorian, echándose para atrás en la silla y mirando a lord Henry por entre espesos ramos de lirios púrpuras que estaban colocados en el centro de la mesa, ¿qué quieres decir con bueno, Harry?

—Ser bueno es estar en armonía con uno mismo replicó tocando el fino borde de su vaso con sus dedos pálidos y delgados. La discordia está obligada a estar en armonía con otros. La propia vida de uno: eso es lo importante. En cuanto a las vidas de los vecinos, si uno desea ser un mojigato o un puritano, uno puede hacer alarde de sus ideas morales sobre ellos, pero no le conciernen. Por otro lado, el individualismo tiene, sin duda, el objetivo más elevado. La moralidad moderna consiste en aceptar el modelo de la época. Considero que para cualquier hombre culto aceptar el modelo de su época es la forma más grande de inmoralidad.


[El retrato de Dorian Gray]
Oscar Wilde

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