Esperaba el autobús, llovía. Por fin llegó, subí la escalera, sólo quería sentarme donde fuera; pagué y me senté mientras llegaba a mi parada, no imaginaba que no me iría aunque me bajara. Miré a mi lado, ¡hostia! allí estaba ese ángel en el autobús que se levantaba. Por primera vez me alegré de no tener carnet , y la polla se me puso más dura que la pared. Que hermoso fue mirarme en esos ojos orgullosos, buscar un nexo, verla bajar andando como el sexo volviendo la cabeza hacia donde me sentaba mientras se me gravaba cada rasgo de su cara. Es verdad, pueden tomarte el corazón como rehén, matarlo también, fingiendo que no te ven. Se puede ser del sur y haber perdido el norte, hacer que nadie te soporte por no haber tenido un golpe, Y eso que nunca pensé en escribir sobre estas cosas , pero lo hice. Nunca pensé en regalar rosas . Solamente recuerdo dejar palabras verdaderas que no puedo respaldar con dinero en la cartera. ¿Lo recibes?, esto es la misma onda. Cambia...